El ser humano es conservador, no le gusta cambiar su rutina ni estilo de vida al que está acostumbrado; en ese contexto, hay personas que no pueden vivir dentro de un espacio, porque además hemos creado una cultura del tránsito. El desasosiego y la inquietud se hacen presentes en cuanto se modifican las costumbres a las que ya nos hemos adaptado: "No hay que verlo como algo negativo… es indispensable tener claro el motivo por el que está cambiando la rutina" - Colegial de la UNAM. |