"…Tenemos miedo a estar expuestos, a brillar arrogantes y felices. Y al encerrarnos, empobrecemos el mundo. Tenemos pudor por dar, sin saber que así robamos eso que no damos. Tenemos miedo a sentirnos plenos, no vaya a ser que así termine todo, cuando la plenitud es sólo el principio que solemos postergar de por vida. Tenemos miedo a la hoja en blanco, como si nuestra autenticidad pudiese errar o manchar, cuando es la represión y la indecisión lo que nos intoxica, cuando la alegría es la sagrada imperfección y la lúcida gestión del desastre. Tenemos miedo a nuestra luz, no vaya a ser que veamos todo lo que nos prohibieron ver, y nos regañen y nos castiguen sin poder jugar, como monos amaestrados que no se saben libres…" Fuente: "El talento nunca es suficiente" de John C. Maxwell. |