"Lágrima: El triste producto de mi padecer." Al escribir estas líneas, una lágrima brotó espontánea, con pesar, gran lástima, por más que intenté, no la pude contener, ella fue el triste producto de mi padecer. Amor, tú eres el principal de mis motivos, sin ti, corazón. . . ya no tiene latidos, ahora sé lo que es quedarse solo, a la deriva, como un náufrago, sin retorno, sin partida. Penosamente, me perdiste la confianza, mis propios errores me dejan sin esperanza, te he suplicado vida, por Dios, que me perdones, que reconozcas, linda, que también tengo dones. Mas, es en vano, no das positiva respuesta, ahora, con esta pesada cruz, subiré la cuesta, pensaba que tu querer no se acabaría jamás y, hoy, que pena, sin esfuerzo, lo dejas, sin más. Siento algo, muy raro, atorado en el pecho, mi ser, para siempre, ha quedado desecho, una vida así carece de todo sentido, para mi desgracia, . . . ¡ha muerto cupido! Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda de México, D. F
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