Compártenos
| Un día en la escuela no sabía la bendición que me mandaría Dios. Era una mañana común y corriente, en mi mundo pensé que ya existían amistades pero sin darme cuenta tenía a mi mejor amiga frente a mí. Al pasar el tiempo con ella sabía cada vez más que compartíamos los gustos, las ilusiones y los sueños, claro cada una en nuestro mundo. Pasaron varios acontecimientos y cada vez me daba cuenta de que en mi mundo solo existía una amiga "ella" la más verdadera y sincera y fue así como conocí la amistad. Ahora le agradezco a Dios esa bendición que me dio. En un momento del camino el destino nos separo pero nuestra amistad siguió; ella tenía amigas y yo la seguía considerando como la única, y así la sigo viendo, porque para una persona es muy fácil decir ellas o ellos son mis amigos, pero, ¿en las buenas y en las malas están contigo? Ahora cuando le hacen daño me entra una rabia incomparable con la de nadie, pero lo importante es que yo estoy ahí para apoyarla. En nuestros mensajes tenemos un código secreto y nadie lo sabe. Tenemos tiempos difíciles pero se arreglan porque estamos unidas para apoyarnos, nos conocemos demasiado y jamás nos separaremos. Porque yo pienso "una amistad no es estar junto a tu amigo o amiga físicamente, sino que espiritualmente". Solo le pido a Dios que me deje estar con ella siempre y que nunca me olvide como yo no la olvidare jamás. Creo que las amistades verdaderas nunca se olvidan, porque son eso amistades verdaderas; creo que una amistad se basa en la confianza, la sinceridad y los buenos sentimientos. Y les quisiera dar un consejo, cuando encuentren a un verdadero amigo no lo dejen ir, manténganlo con ustedes, es difícil encontrarlo pero tal vez este frente a ustedes y no se den cuenta. Yo le agradezco a Dios infinitamente por darme a mi mejor amiga. Para: B.C.C Colaboración de Viridiana. |
