Logo Vida Alterna


Compártenos
FaceBookTwitterGoogleCorreoPin it
/www.pensamientos.com.mx/ >La amistad>Pensamiento 3>


Pensamiento

Pensamiento 3

Dios me dijo que no necesito un amigo.

Hundido en una depresión llena de vació, soledad e incomprensión según mis sentidos, me desmorone de repente y caí de espalda, cerré mis ojos e hice una pregunta:

¿Dios... por qué no me has dado un amigo?

Por qué no me has dado un verdadero amigo que me llame frecuentemente por teléfono.

Por qué no me has dado un amigo que por lo menos me conteste una de mis cartas.

Por qué no me has dado un amigo alegre y que comparta conmigo su felicidad.

Por qué no me has dado a una amiga que me comparta de su cariño y sus caricias.

Por qué no me has dado un amigo que junto a mí, seamos dos para que podamos alcanzar más meritos en todo.

Señor, por qué no me has dado ese amigo que por mi bienestar sea capaz de derramar su sangre.

Después de esto calle mis pensamientos esperando una respuesta, pero no sucedió nada y pasaron los días.

Llegado el 27 de enero fui a encontrarme con unos viejos compañeros a otra ciudad, y al fin, el 28 de enero recibí mi respuesta:

Tú no necesitas llamadas frecuentes, sino quien te lleve en su pensar y oré por ti, y te lo he dado.

No necesitas quien responda con tinta tus palabras, sino que necesitas quien reciba y corresponda tus bendiciones y esto sin duda alguna, también te lo he dado.

No necesitas a alguien feliz, pues los problemas, las amarguras, las penas y los dolores sinceran el corazón, y esto forja el verdadero amor, y tú llegaras a amar.

Aunque veas que tu cuerpo te pide saciar su hambre, yo veo que tu alma exige vivir, y le doy vida.

No te pierdas en esa pobre teoría del "dos piensan mejor que uno", recuerda esto, nunca debes perder tu unidad conmigo, puesto que así el que este unido a mí, lo está contigo y solo hay una parte, integra, plena, pura, completa.

El éxito no está en coordinarte con otro, sino en unirse.

Escúchame, no necesitas el valiente que desgarra su carne y sus músculos para así dejar fluir su sangre por ti, sino que necesitas a alguien que siga el divino ejemplo de mi hijo sublimemente superior a esto.

Tú necesitas al pobre, al humilde que por amor en él, por el simple hecho de tu partida desgarre a su alma, dejando fluir a ese líquido bendito y sacro al que llamas lágrima.

Por la eternidad te digo que nunca te voy a dar a ese amigo, a ese verdadero amigo que tanto pides. No te lo mereces.

Hijo amado, te amo demasiado y mereces mas, y lo que tú necesitas, es un hermano, y los tienes.

Con amor y gran deseó de gratitud para con todos mis hermanos.


Zona de comentarios