Jamás, jamás, jamás tomar el hijo como rehén. Que crezcan escuchando que la mamá habla bien del papá, aunque no estén juntos, y que el papá hable bien de la mamá. Es una irresponsabilidad dañar la imagen del padre o de la madre con el objeto de acaparar el afecto del hijo, para vengarse o para defenderse, porque eso afectará a la vida interior de ese niño y provocará heridas difíciles de sanar. - Papa Francisco. |